jueves, 11 de agosto de 2011

Viajar en el tiempo

Siempre me ha atraído especialmente todo lo relacionado con los viajes en el tiempo. Actualmente la física es capaz de explicarlos y algunos científicos trabajan para conseguirlos. Lo cierto es que ya sabemos viajar en el tiempo hacia el futuro, simplemente viajando durante un periodo de tiempo a velocidades cercanas a la de la luz. Como consecuencia directa de la relatividad de Einstein, el reloj de la persona que viajase iría más despacio, por lo que regresaría a la tierra en un tiempo futuro para ella (como ejemplo, la famosa paradoja de los gemelos). Viajar al pasado es algo más difícil que (todavía) no sabemos hacer. Seguramente a muchos os suenen los agujeros de gusano, que permitirían viajar al pasado pero de forma algo más compleja. Son muchas las posibilidades y la teoría física sobre los viajes en el tiempo, en internet hay cantidad de información para los más entendidos.


Pese a que algunos afirman que nunca seremos capaces de viajar en el tiempo (paradoja de la inexistencia de viajeros en el tiempo), es uno de los grandes sueños de la humanidad. Pero lejos de ser un sueño, hemos podido disfrutarlos de formas muy diversas. ¿Cómo? Gracias a tantos libros, películas o videojuegos que nos han permitido sentir que vivíamos un auténtico viaje en el tiempo.

Leer libros como La máquina del tiempo o El fin de la eternidad, o ver películas como Regreso al futuro o la más reciente y española Los cronocrímenes (Timecrimes), nos han hecho disfrutar y sentirnos protagonistas de viajes espectaculares. Además, las paradojas y relaciones causa-consecuencia propias de dichas aventuras, son muy interesantes porque te hacen reflexionar y comprender cómo pequeños acontecimientos desembocan en determinados hechos. También se agradecen los guiños que se producen en series como Futurama, para mi una de las mejores series que existen.


Pero si hay algo que me ha hecho disfrutar especialmente de la complejidad de alterar el tiempo son los videojuegos. Desde el mítico Day of the tentacle, pasando por las versiones modernas de los Prince of Persia, se nos ha ofrecido la posibilidad de vivir de forma interactiva una aventura con saltos temporales. Sin embargo, para mí Braid es la obra maestra que realmente explota el potencial de controlar el flujo del tiempo. Jugar a Braid fue una experiencia maravillosa. No solo hay que comprender como transcurre el tiempo, sino que debe entenderse hasta el punto de utilizar nuestra capacidad de manipularlo para resolver cada puzzle planteado. Además, en cada nuevo mundo las propiedades especiales del flujo del tiempo eran distintas y conseguían emocionar al jugador. Lo dicho, para mí, uno de los mejores juegos que he probado nunca.


Nadie sabe lo que nos deparará el futuro, pero mientras tanto podemos disfrutar de inmensidad de opciones para sentirnos viajeros del tiempo, ya sea desde el punto de vista físico-tecnológico, como desde el entretenimiento de un libro, película o serie, o la interacción gracias a los videojuegos.